Anabel Palacios convirtió la preocupación de madre en un faro de esperanza para muchas familias. Cuando su hijo fue diagnosticado con TEA, emprendió un camino de investigación y formación que reveló su verdadera vocación: la educación especializada. De esa pasión surgió el Centro Psicoeducativo Virgen del Valle, un proyecto que late con el deseo de ofrecer oportunidades reales de progreso a quienes más lo necesitan.

Lo que comenzó como un esfuerzo personal creció hasta convertirse en un espacio profesional donde se aplica el método ABA con rigor y cariño. Anabel invirtió años en formarse y en acumular experiencia junto a especialistas, convencida de que cada pequeña victoria en el aprendizaje puede transformar una vida. Bajo su guía, el centro se volvió un referente de atención individualizada.

El Centro Psicoeducativo Virgen del Valle funciona en un acogedor anexo con seis cubículos diseñados para estimular tanto el desarrollo cognitivo como la autonomía y el bienestar emocional de los niños. Un equipo compuesto por terapeutas, un fisiatra y una psicóloga trabaja de forma coordinada para crear planes personalizados, donde el juego, la confianza y la constancia son la llave para avanzar paso a paso.

Movida por el anhelo de inclusión, Anabel vela porque ninguna familia quede excluida por limitaciones económicas. Su misión es clara: construir un entorno donde cada niño encuentre el apoyo necesario para crecer y desplegar todo su potencial, integrándose de manera plena y feliz en la sociedad.