Anny Henríquez encontró en la creación de ASKA School la materialización de un sueño: forjar un espacio donde la educación trascienda el aula y se convierta en un taller de vida. Su visión se centra en acompañar a niños, jóvenes y adultos en el desarrollo de habilidades de expresión oral y escrita, pensamiento crítico y conciencia ecológica. Cada aula diseñada por Anny se llena de actividades lúdicas, audiovisuales y tradicionales que buscan despertar la curiosidad y el amor por el aprendizaje.

Bajo su liderazgo, ASKA School despliega un método pedagógico personalizado, adaptado a los distintos canales perceptivos de los estudiantes. De este modo, el conocimiento se arraiga de forma profunda, conectando ideas y acciones. Para Anny, la educación no es un fin en sí misma, sino un puente que une la teoría con la práctica, y la reflexión con la transformación personal y comunitaria.

La pasión de Anny por la naturaleza y su compromiso con la sostenibilidad se hacen visibles en cada proyecto de la microescuela. Desde huertos didácticos hasta salidas al aire libre, su enseñanza integra el cuidado del entorno como parte esencial de la formación. Así, los alumnos aprenden no solo a conocer el mundo, sino también a protegerlo y a valorar su propia responsabilidad dentro de él.

Impulsada por su convicción de que el conocimiento puede cambiar realidades, Anny ha extendido su labor educativa a zonas vulnerables y alejadas. Allí lleva la semilla de un aprendizaje significativo a quienes más lo necesitan, demostrando que la educación, cuando se imparte con pasión y propósito, puede convertirse en la llave que abra puertas hacia un futuro más justo y prometedor.