Arline Reyes descubrió en la mirada curiosa de su propia hija que enseñar podía ser un juego lleno de conexión y alegría. Con cuentos para leer, trazos guiados para escribir y ejercicios de paciencia para resolver problemas, cada sesión se transformaba en un momento de disfrute compartido.

Pronto otras madres de la comunidad notaron aquel método lleno de creatividad y cariño. Fue así como abrió las puertas de Tareas Bendecidas en su hogar, convirtiendo un apoyo escolar inicial en un espacio de aprendizaje integral para niños a punto de iniciar la primaria.

Durante casi diez años, Arline ha brindado un servicio educativo personalizado, enfocándose en lectura, escritura y matemáticas. Diseña actividades adaptadas a cada ritmo, emplea materiales lúdicos y utiliza estrategias sencillas que evitan la frustración y despiertan el amor por aprender, ofreciendo siempre una atención cercana y respetuosa.

Gracias a su constancia y dedicación, ha acompañado a más de treinta estudiantes, incluidos casos de autismo moderado o dificultades en el lenguaje, con resultados notables. Su historia inspira confianza en el poder de una educación cálida, creativa y verdaderamente transformadora.