Hace cuatro años, Beatriz Oliveros decidió que su pasión por la educación no terminaría con su jubilación y dio vida a la microescuela Refuerzo y Aprendo en Bejuma. Allí, cada niño encuentra un espacio de apoyo donde puede reforzar sus estudios y sentirse verdaderamente comprendido. Su visión nació de la convicción de que el aprendizaje florece en un ambiente cálido y cercano.

Para atender a los 29 alumnos que asisten diariamente, Beatriz cuenta con un equipo de tres maestras comprometidas que comparten su misma entrega. Juntas diseñan planes de estudio personalizados y revisan cada avance, asegurándose de que cada estudiante reciba la atención y el acompañamiento que necesita en su camino académico.

Más que una simple escuelita, Refuerzo y Aprendo se ha convertido en un verdadero hogar educativo. Beatriz y su equipo han creado métodos creativos para hacer accesibles conceptos complejos, transformando la resistencia inicial de muchos niños en confianza y entusiasmo por aprender. Cada pequeño logro se celebra como un triunfo colectivo.

Convencida del valor del equilibrio entre estudio y recreación, Beatriz reserva los jueves para actividades especiales. En esas jornadas, los estudiantes disfrutan de cine, cocina, deportes y juegos tradicionales que fortalecen sus habilidades sociales y prácticas. De este modo, el aprendizaje trasciende los libros y se convierte en una experiencia integral y divertida.