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Estrellita Dorada

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Mery Jacqueline Mujica Flores

Mery Jacqueline Mujica Flores descubrió a los 17 años que su verdadera pasión era enseñar y desde entonces se formó como Licenciada en Educación para dedicar 31 años de su vida a la formación de niños en colegios públicos y privados; hoy, con 48 años, imprime en cada clase la misma entrega y visión de futuro, proyectando en la Microescuela Estrellita Dorada un espacio donde la curiosidad florece y cada estudiante se convierte en protagonista de su propio aprendizaje.

Bejuma - Carabobo

Estrellita Dorada

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Número de alumnos: 

Mery Jacqueline Mujica Flores es la maestra fundadora de la Microescuela Estrellita Dorada. Hace diecisiete años, junto a su hermana Adriana —ambas licenciadas en Educación con mención en matemáticas—, recibió en el porche de su casa al primer niño que buscaba una explicación. De aquel encuentro surgió una pequeña escuela que pronto creció de boca en boca, convirtiendo un rincón humilde en un espacio de aprendizaje auténtico.

Acompañadas por su tía Nancy Flores, las tres educadoras dedicadas organizan las clases con una mesa, una pizarra y varias sillas al aire libre. Adaptan sus horarios tres o cuatro días a la semana, dividen a los alumnos en grupos y ofrecen dos turnos para atender desde la etapa inicial hasta el nivel universitario. La mayor parte de sus estudiantes son niños en edad escolar que encuentran aquí un acompañamiento cercano y personalizado.

En Estrellita Dorada se enseñan lectoescritura y habilidades académicas, pero también se cultiva la expresión emocional. Mery y Nancy saben cuándo guiar con paciencia cada lección y cuándo ofrecer un abrazo reconfortante. Aseguran que sus alumnos aprendan a pensar por sí mismos, sin depender de dispositivos tecnológicos, y mantienen la diversión como un componente valioso, pues en sus propias palabras: ’Los papás los traen para que aprendan, no para que jueguen’.

Lejos de lamentarse por las carencias de un saloncito sin techo ni muros, estas educadoras celebran cada logro y cada victoria cotidiana de sus estudiantes. Con el corazón puesto en el futuro, sueñan con techar el porche de su casa para brindar mayor comodidad y extender esta oportunidad de crecimiento a muchos más niños.

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