Nancy del Valle Padrón de Castellanos descubrió su vocación pedagógica en pleno corazón de la pandemia, cuando comenzó a dar clases particulares a su propio sobrino. Pronto, otros niños del vecindario se acercaron en busca de ayuda y ella no dudó en extender su mano. De este modo surgió la microescuela El salón de Nancy, un proyecto nacido del deseo genuino de brindar apoyo educativo en tiempos inciertos.

Ese espacio de aprendizaje tiene su sede en un corredor trasero de la casa de su madre, donde una pizarra, mesas y sillas conviven con la ilusión de enseñar. Nancy diseña planes individualizados y utiliza recursos didácticos pensados para cada estudiante, combinando actividades lúdicas con ejercicios de lectura y escritura que despiertan la curiosidad y fortalecen habilidades.

A lo largo de este camino ha enfrentado retos como el proceso de nivelación lectora y escritora, pues muchos alumnos cursan grados superiores sin haber consolidado estas bases. Cada meta alcanzada se convierte en motivo de celebración, un testimonio vivo de que el acompañamiento personalizado derriba barreras y enciende la motivación de quienes aprenden.

Impulsada por la actualización constante en métodos digitales y estrategias creativas, Nancy convierte el aula en un taller de imaginación donde los niños crean cuentos a partir de imágenes y juegos. Su sueño más cercano es contar con un espacio más amplio y cómodo, capaz de reflejar toda la pasión y el empeño que caracterizan su labor docente.