La Casa de la Tía Sandra

Sandra Brandt
Sandra Brandt atesora 26 años de experiencia ininterrumpida en el campo educativo, acompañando desde la tierna edad preescolar hasta los desafiantes niveles universitarios y promoviendo siempre el aprendizaje continuo. Su trayectoria, iniciada en 1998, refleja un compromiso inquebrantable con la formación de niños y jóvenes, convencida de que enseñar es un acto de amor y que solo a través de la pasión por la educación se fortalece el crecimiento personal y colectivo. En La Casa de la Tía Sandra, su Microescuela de El Bello Árbol, Sandra se mantiene en constante innovación, inspirando a toda la comunidad con su visión de una educación transformadora y llena de cariño.
Bejuma - Carabobo
La Casa de la Tía Sandra
14
Número de alumnos:




En un rincón acogedor de Bejuma, rodeado de vegetación y bañado por la luz natural, se alza La Casa de la Tía Sandra como un refugio donde el aprendizaje florece en un ambiente cálido y lleno de ternura. Lejos de la rigidez de las aulas convencionales, este espacio invita a los niños a descubrir el conocimiento a través del juego, la curiosidad y la exploración de su entorno.
Sandra Brandt, con 26 años de trayectoria en educación, ha tejido un modelo pedagógico que combina el refuerzo académico con el desarrollo de las inteligencias múltiples. Bajo su mirada atenta, la creatividad se convierte en herramienta de crecimiento y el bienestar emocional se coloca al mismo nivel que las materias tradicionales.
Actualmente, La Casa de la Tía Sandra atiende a 14 pequeños exploradores, de los cuales dos reciben becas gracias al generoso compromiso de Sandra con la educación accesible. Cada estudiante es abrazado como un ser único, y el cultivo de la autoestima y la confianza se transforma en el motor de sus logros y descubrimientos.
Para Sandra Brandt, enseñar es un acto de amor y de valor. Aunque su emprendimiento también busca garantizar su estabilidad personal, nunca desvía la mirada de su propósito esencial: ofrecer oportunidades educativas de calidad que siembren en cada niño la semilla de un futuro esperanzador.