Thais De Freitas y Génesis Hernández fundaron Geneales con la fuerza de su vocación y la urgencia de una causa: brindar la atención que muchos niños no encontraban en el sistema educativo convencional. Ambas maestras, reconocieron que el talento y la voluntad de aprender no bastaban cuando faltaban apoyos especializados y los recursos familiares eran limitados. Con esa convicción, decidieron crear un espacio donde cada estudiante pudiera ser visto y acompañado de manera integral.

Al principio, Geneales funcionó como un pequeño proyecto de tutorías fuera del horario escolar. Thais y Génesis ofrecían sus horas y su experiencia con la esperanza de generar un ingreso extra, pero sobre todo con el deseo de marcar la diferencia. A pesar de las dudas de algunas familias y las dificultades económicas, la perseverancia y los avances de cada niño fueron construyendo una reputación de dedicación y eficacia. Poco a poco, creció la confianza y más hogares acudieron en busca de ese apoyo tan paciente como transformador.

Hoy, en la microescuela Geneales, el éxito no se mide por calificaciones, sino por el progreso real y la sonrisa de cada estudiante. Se respeta el ritmo individual, se refuerza la autoestima y se cuida el bienestar emocional mientras se trabajan la lectura, la escritura y las matemáticas. La propuesta de Thais y Génesis demuestra que, aun con recursos limitados, la constancia y el afecto pueden gestar grandes cambios en la vida de los niños.