Yuly Rojas es la maestra fundadora de la Microescuela Matefis, creada en plena pandemia para responder a la alta demanda de estudiantes que deseaban comprender las matemáticas y la física. Para ella, este proyecto representó no solo un ingreso extra, sino la oportunidad de mantenerse activa en lo que más le apasiona: enseñar de manera dedicada y cercana.

Cada mes, Yuly atiende entre 25 y 30 alumnos que acuden según sus necesidades académicas, con un sistema de pago por hora que respeta el bolsillo de las familias. En su espacio de clases dispone de mesas, sillas y pizarrones, y adapta sus métodos a la forma de aprender de cada estudiante, convencida de que existen múltiples caminos para llegar a un mismo resultado.

Uno de sus mayores retos ha sido vencer la creencia de que algunos jóvenes son ‘malos para las matemáticas’. Para Yuly, la satisfacción más grande llega cuando esos mismos estudiantes regresan con calificaciones de 18, 19 o 20 y descubren que sí pueden aprender cuando se corrigen sus fallas de manera individual. Esta vocación nació en su infancia, cuando su padre le enseñó matemáticas y ella comenzó a ayudar a sus compañeros desde cuarto de primaria.

Además de Matefis, Yuly divide su tiempo entre sus alumnos del liceo, su familia, el ejercicio y el senderismo. Mantiene su local financiado con sus propios recursos y sueña con mejores condiciones para recibir a sus estudiantes: un aire acondicionado, una laptop, una pizarra más grande y mobiliario más cómodo que hagan aún más acogedor su espacio de aprendizaje.