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Historias que inspiran, educan y transforman realidades.

¿Órdenes espontáneos educativos por doquier?

  • Foto del escritor: Camila Canova Papanicolaou
    Camila Canova Papanicolaou
  • 3 sept
  • 6 Min. de lectura

RESUMEN


En Venezuela, la educación se ha usado con fines de control social y adoctrinamiento colectivista. Hemos investigado en zonas del país emblemáticamente pobres y hemos hallado órdenes espontáneos en educación para niños y jóvenes. En Petare, la barriada más populosa y violenta de Latinoamérica, al este de Caracas; y en Montalbán del estado Carabobo, ciudad agrícola a 230 kilómetros de la capital, donde las familias viven en pobreza extrema y sometidas a férrea coacción gubernamental, encontramos que 1 de cada 4 niños de primaria (entre 6 y 12 años) se educa en un subsistema educativo libre, alternativo al estatal, informal. Una serie de experimentos sociales llevados adelante en Montalbán, escogida como ciudad piloto, muestran que este subsistema es virtuoso en cuanto a la satisfacción de los involucrados (emprendedores, educadores, familias, estudiantes, comunidad). Estos hallazgos son similares a los de otros países, tanto pobres como ricos, en los que cada vez más familias deciden, por diversos motivos, rechazar el sistema educativo estatal, asumir directamente la educación de sus hijos o llevarlos a centros de aprendizaje individualizado, microescuelas o tutorías. Milton Friedman y renombrados estudiosos de la libertad han abogado por sacar a los gobiernos de la educación de los niños. Nuestros estudios empíricos sugieren un proceso evolutivo hacia la libertad educativa, que brota, de abajo hacia arriba, de forma ubicua. Este artículo resume los hallazgos de una serie de investigaciones sobre la realidad educativa en Venezuela que iniciaron en 2021, en un plan a cinco años.


Palabras Clave: educación, órdenes espontáneos, Derecho empírico, Derechos Humanos sociales, microescuelas.

JEL: A12, A13, B53, E02, K, O57.


1. El fracaso inevitable de una educación igual para todos


Cada persona es original. Lo sabemos tú y yo. Somos distintos. Tenemos percepciones diferentes, entendemos las cosas desde perspectivas particulares. De hecho, tenemos toda una vida de aprendizaje desde muchos ámbitos. Somos únicos.


Los padres, y en especial las madres, ven y logran entender muy bien esos contrastes en sus hijos, día a día, en cuanto a personalidad, gustos, habilidades, intereses; el sentido que cada uno da a su vida. También lo sabemos los hermanos. Todos.


¿Por qué, entonces, los sistemas educativos para niños y jóvenes, en muchos países, han sido creados para enseñar a todos por igual como si fueran una masa, dejando de lado su individualidad?


Los orígenes de estos sistemas están bien documentados: fueron planificados e implementados desde la autoridad central, de manera coactiva, tanto para su financiamiento como para su funcionamiento, y con fines ajenos al desarrollo de la potencialidad de los estudiantes. El sistema educativo tradicional, público, ha tenido por objetivo en todos los países reforzar los valores comunes, de la nación, favorecer el orden preestablecido, producir una masa homogénea y servil. Ninguno puso como eje el florecimiento de las personas.


También ha sido bien estudiado el comportamiento y el juego de intereses, así como los resultados, de los diferentes actores de ese tipo de sistemas educativos centralizados. Los gobernantes, los docentes, las administraciones burocráticas, las uniones y sindicatos, empresas y cazadores de renta, los grupos de interés, las familias, los padres, los propios estudiantes, cada uno defiende objetivos distintos, incluso contrapuestos.


Sabiendo las verdaderas intenciones de sus creadores, también se conoce su lógica: una prolija planificación y burocracia centralizada, que funciona en la práctica de manera ineficiente y produciendo servicios educativos de mala calidad, a pesar del constante aumento de sus costos.


Hemos visto, una y otra vez, que estos sistemas educativos estatales son de fácil manipulación por los gobiernos. Hay una tendencia a ser usados con fines de adoctrinamiento y control social. Tienen un enorme poder político, para bien o para mal.


Recién nos estamos percatando del patente rechazo de los ciudadanos a estos modelos educativos estatales y del creciente movimiento en su contra. Un movimiento de familias, padres y madres, no para mejorarlos, como había sido la costumbre, sino para evitar que sus hijos queden atrapados en este entramado de intereses y salgan perjudicados en su aprendizaje.


Cabía esperar que emergieran en las comunidades órdenes espontáneos distanciados de esta manera centralizada de educar, expresión de la elección libre de las familias en procura de lo mejor para sus hijos. Ese fenómeno no planificado y descentralizado habría de ser ubicuo, más fácil de identificar en aquellos lugares donde el sistema educativo impuesto es peor.


Una sencilla explicación de qué es un orden espontaneo o planeado está en el trabajo de Hayek sobre la dispersión del conocimiento de la sociedad, pero que entre todas las personas en el mercado libre fijan de modo preciso los precios. En Derecho, Legislación y Libertad, Hayek señala: “Por orden describiremos en todo momento un estado de cosas en el que una multiplicidad de elementos de diversos tipos está tan relacionada entre sí que podemos aprender de nuestro conocimiento de alguna parte espacial o temporal del todo a formar expectativas correctas sobre el resto, o al menos expectativas que tienen buenas posibilidades de resultar correctas.” Al no ser previstos ni planificados, son órdenes espontáneos. Ni siquiera las personas que lo conforman tienen una consciencia previa de su existencia ni del papel que juegan en él.


La conexión de esta definición con el origen evolutivo de las instituciones, base del pensamiento transformador de los ilustrados escoceses, como Smith, Ferguson y Hume, da raíces sólidas a esta noción. La fórmula de la mano invisible, apenas mencionada por Smith en su clásico sobre la riqueza de las naciones y su tratado sobre los sentimientos humanos, ha despertado la curiosidad de pensadores y generado controversias y malentendidos. En el fondo, la mano invisible explica que este tipo de órdenes espontáneos son el resultado de la acción libre y cooperativa, de la acción de las personas en busca de sus beneficios propios, pero no la creación consciente de ninguna mente humana. No son más, en fin, que la abstracción de las experiencias personales, el aprendizaje individual y los respectivos comportamientos de las personas, que se hacen predecibles, se generalizan, creando instituciones sociales que benefician a todos, en paz.


No es de extrañar, viendo lo que ocurre en el mundo (en países pobres como los que ha investigado el profesor Tooley y en los países ricos, como está ocurriendo en los Estados Unidos de América) la emergencia de este tipo de órdenes espontáneos en la educación. En muchos casos, en situaciones de pobreza, ante la ausencia de un sistema educativo estatal que abarque a todos los niños; en otros, en países extremadamente ricos, ante las deficiencias ineludibles, el desgaste, la tendencia a la centralización y la degeneración de enormes sistemas estatales educativos impuestos.


Venezuela, bajo una tiranía cruenta, saqueada y devastada económicamente, es un lugar ideal para investigaciones empíricas e interdisciplinarias sobre distintos aspectos sociales. En medio siglo de régimen revolucionario se cuenta un enriquecimiento inusitado por el boom petrolero, un trepidante crecimiento del poder y coacción estatales y, ya en el presente, una quiebra pasmosa que deja a la población en situación de pobreza extrema, en crisis humanitaria, con una tercera parte de la población emigrada. Justamente, y en especial luego de la hiperinflación registrada entre 2017 y 2021, el Estado fallido ha dejado espacios en los que ya no tiene presencia ni poder de coacción: los individuos han buscado por sí mismos las soluciones a sus problemas más acuciantes.


El país suramericano es un buen campo para la investigación social. En estas circunstancias es sencillo encontrar, sin la coacción estatal, patrones naturales en los comportamientos individuales que, vistos de forma abstracta, aparecen como órdenes espontáneos, policéntricos, descentralizados, libres, informales; que brotan de abajo hacia arriba. En la educación de los niños de primaria hemos hallado este fenómeno y estamos empezando a estudiarlo.


Los estudios iniciaron en Petare, un populoso barrio al este de Caracas, y luego se han concentrado en Montalbán de Carabobo, una ciudad a 230 kilómetros de la capital. Aplicando el individualismo metodológico, realizando mediciones cuantitativas, análisis cualitativos y experimentos diversos, desde 2022 se viene promoviendo y actualmente hay conformada una comunidad interesada, motivada en ser el modelo educativo del futuro.


Nuestra atención, como estudiosos del Derecho Constitucional, se centra en la comprensión actual de los Derechos Humanos y el contraste de sus principios teóricos con los resultados de las investigaciones empíricas. El Derecho en general, y el Derecho Constitucional y de los Derechos Humanos en particular, están ajenos a esta metodología de investigación; es decir, a lo que podríamos llamar la ciencia galileana. La teoría actual de los derechos humanos, y en especial de los sociales, se limita a la identificación de objetivos, que las personas tengan derechos y más derechos, pero no repara en nada en el modo para alcanzarlos, por lo que piensa en que es a través de los gobiernos que debe asegurarse la autonomía y el florecimiento de la persona, negando el papel principal que los valores de libertad, autonomía personal y libre cooperación, en pocas palabras, el mercado libre, habría de jugar en una sociedad democrática.


2. Friedman advierte la transformación inevitable de los sistemas de educación públicos


La idea de libertad educativa la siembra Milton Friedman en 1955. Al publicar su ensayo “The Role of Government in Education”, no imaginó que crearía un movimiento social y político poderoso.


"..."


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Publicado en: Derecho, economía y sociedad desde una pespectiva austríaca.

 
 
 

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